El Señor Carlos Fuchs, incorporado legalmente a la nacionalidad argentina, nació en Alemania el 18 de Junio de 1864, y en su país natal realizó estudios comerciales. Apenas terminó sus estudios regulares, se radicó en los Estados Unidos, donde trabajó por cinco años en establecimientos ganaderos. Quizás pensó hallar más propicio para el desarrollo de sus actividades la República Argentina, y hacia aquí se encaminó, llegando a estas playas el 17 Septiembre de 1887.
Apenas llegado buscó ocupación, que encontró con suma facilidad puesto que sus brazos se ofrecían para todo tipo de labor, y entró en calidad de peón en el establecimiento Bella Vista, de Don Ramón Santamarina, situado en Tandil. En ese gesto demuestra la entereza de su carácter, pues dadas sus condiciones, conocimientos y preparación no le hubiese resultado difícil hallar otra ocupación más en consonancia con sus aptitudes.
El señor Fuchs trabajó dos años como peón en el establecimiento ya nombrado, pasando después como encargado a Ramón Primero, establecimiento del mismo señor Santamarina, y encontró al fin la ocasión para demostrar sus conocimientos, aplicando su saber y su inteligencia a la creación de un gran establecimiento. Organizador desde el punto de vista estético de Ramón Primero, no hubo quien al ver el conjunto que presentaba en dicha época, no formulara elogios sobre lo hermosa que era dicha obra.
En los trece años que estuvo al frente de dicha estancia, se propuso formar una de las mejores del país, no sólo por su correcta organización del trabajo, sino también por la calidad de sus haciendas y la hermosa vista. En dicho establecimiento tuvo el honor de brindar hospitalidad a los señores Doctor Moreno, General Roca, Bernardino de Irigoyen, Figueroa Alcorta y otras distinguidas personalidades argentinas, quienes formularon merecidísimos elogios ante la labor del señor Fuchs.
La inteligencia de que había dado muestras, indujo a que los señores Santamarina lo designaran para organizar un gran establecimiento en plena pampa, y en el año 1903 confirieron a su pericia una extensión de campo de treinta y seis mil hectáreas, que bajo su experta dirección de transformaron en hermoso alfalfares. Llegó en marzo de 1903, con varios peones, dos vagones de caballos y un vagón de pasto seco. El establecimiento quedaba a tres leguas de la antigua estación de trenes y hacia allí se dirigió para organizar la estancia. Los inconvenientes que surgieron no fueron pocos y puede bastar con decir que a pocos días de haber llegado, se le fueron los peones que había llevado, agobiados por el trabajo o acobardados por las enormes dificultades que era necesario salvar. Ese mismo año sembró 70 hectáreas de alfalfa, llegando a tener sembradas la totalidades de sus campos que llegaron a constar de 20.000 hectáreas.
A medida que su economía se lo permitió, adquirió campos. Primero, media legua, situado a unos diez kilómetros de la estación Cevalllos, que alfalfó enseguida. Después siguió comprando en pequeños lotes, hasta completar 4.700 hectáreas, en las cuales se organizaron dos establecimientos: con mil doscientas cincuenta hectáreas se hallaba La Constancia y con las restantes tres mil cuatrocientas cincuenta hectáreas, La Chispa en donde en el año 1915 instaló el gran frigorífico La Pampeana, dedicado a la explotación de queso, manteca, hielo, fiambres y derivados de la granja, todo bajo el estricto control que el Ministerio de Agricultura de la Nación suele exigir a dichos establecimientos.
Actualmente, dicha estancia cuenta con una extensión de 1.060 hectáreas y en el Chalet particular del Señor Fuchs es que se encuentra emplazado nuestro Hotel Rural, que toma el nombre del importante frigorífico que en otras épocas funcionó en estos predios.
El Señor Carlos Fuchs, incorporado legalmente a la nacionalidad argentina, nació en Alemania el 18 de Junio de 1864, y en su país natal realizó estudios comerciales. Apenas terminó sus estudios regulares, se radicó en los Estados Unidos, donde trabajó por cinco años en establecimientos ganaderos. Quizás pensó hallar más propicio para el desarrollo de sus actividades la República Argentina, y hacia aquí se encaminó, llegando a estas playas el 17 Septiembre de 1887.
Apenas llegado buscó ocupación, que encontró con suma facilidad puesto que sus brazos se ofrecían para todo tipo de labor, y entró en calidad de peón en el establecimiento Bella Vista, de Don Ramón Santamarina, situado en Tandil. En ese gesto demuestra la entereza de su carácter, pues dadas sus condiciones, conocimientos y preparación no le hubiese resultado difícil hallar otra ocupación más en consonancia con sus aptitudes.
El señor Fuchs trabajó dos años como peón en el establecimiento ya nombrado, pasando después como encargado a Ramón Primero, establecimiento del mismo señor Santamarina, y encontró al fin la ocasión para demostrar sus conocimientos, aplicando su saber y su inteligencia a la creación de un gran establecimiento. Organizador desde el punto de vista estético de Ramón Primero, no hubo quien al ver el conjunto que presentaba en dicha época, no formulara elogios sobre lo hermosa que era dicha obra.
En los trece años que estuvo al frente de dicha estancia, se propuso formar una de las mejores del país, no sólo por su correcta organización del trabajo, sino también por la calidad de sus haciendas y la hermosa vista. En dicho establecimiento tuvo el honor de brindar hospitalidad a los señores Doctor Moreno, General Roca, Bernardino de Irigoyen, Figueroa Alcorta y otras distinguidas personalidades argentinas, quienes formularon merecidísimos elogios ante la labor del señor Fuchs.
La inteligencia de que había dado muestras, indujo a que los señores Santamarina lo designaran para organizar un gran establecimiento en plena pampa, y en el año 1903 confirieron a su pericia una extensión de campo de treinta y seis mil hectáreas, que bajo su experta dirección de transformaron en hermoso alfalfares. Llegó en marzo de 1903, con varios peones, dos vagones de caballos y un vagón de pasto seco. El establecimiento quedaba a tres leguas de la antigua estación de trenes y hacia allí se dirigió para organizar la estancia. Los inconvenientes que surgieron no fueron pocos y puede bastar con decir que a pocos días de haber llegado, se le fueron los peones que había llevado, agobiados por el trabajo o acobardados por las enormes dificultades que era necesario salvar. Ese mismo año sembró 70 hectáreas de alfalfa, llegando a tener sembradas la totalidades de sus campos que llegaron a constar de 20.000 hectáreas.
A medida que su economía se lo permitió, adquirió campos. Primero, media legua, situado a unos diez kilómetros de la estación Cevalllos, que alfalfó enseguida. Después siguió comprando en pequeños lotes, hasta completar 4.700 hectáreas, en las cuales se organizaron dos establecimientos: con mil doscientas cincuenta hectáreas se hallaba La Constancia y con las restantes tres mil cuatrocientas cincuenta hectáreas, La Chispa en donde en el año 1915 instaló el gran frigorífico La Pampeana, dedicado a la explotación de queso, manteca, hielo, fiambres y derivados de la granja, todo bajo el estricto control que el Ministerio de Agricultura de la Nación suele exigir a dichos establecimientos.